BRASIL
Paraíso ecológico
Dunas, lagunas, manglares, playas y pueblos pintorescos. Un destino que destila inmensidad en el estado de Maranhão.
naturaleza majestuosa. Por tratarse de un área protegida, para recorrer esta extensa región es obligatorio contratar un guía o una excursión en agencias locales. Foto: Cedoc [ Ver fotogalería ]
Por Sebastián Peicovich. Nota publicada en el Diario PERFIL el 27 de abril de 2013.
Declarado Parque Nacional en 1981, la región de Lençóis Maranhenses ocupa 155 mil hectáreas de arena y 90 kilómetros de litoral con playas amplias, bellas y solitarias. Dividida por el río Preguiças en Grandes y Pequenos Lençóis, cada uno con encanto especial, ofrece inolvidables circuitos de caminatas, observación de flora y fauna, inmersiones en las lagunas y paseos en vehículos 4×4 por sus dunas.
Dunas gigantes, lagunas coloridas
Dueño de un ecosistema único en el mundo, por sus dunas que albergan lagunas de agua dulce, el Parque Nacional dos Lençóis convoca a disfrutar de un original entorno y refrescarse en piletas naturales en medio del desierto. Enclavada entre la selva tropical y el océano Atlántico, esta región ecológica puede recorrerse y admirarse de distintas maneras. Para ello hay que llegar a Barreirinhas, puerta de entrada a los Grandes Lençóis y punto de partida para la mayoría de las excursiones.
Ya en el interior del Parque, los Grandes Lençóis imponen médanos blancos como talco, de hasta 50 metros de altura y en constante cambio de diseño según los caprichos del viento, con resplandecientes coloridas lagunas, formadas por las intensas lluvias que caen durante el primer semestre del año. Ofrece atracciones como las lagunas Bonita y Azul y los oasis Queimada dos Britos y Baixada Grande, entre otros puntos salientes. Para trasladarse al oasis Quemada de los Britos, es aconsejable la excursión de jornada completa, que incluye dormir allí.
Pueblos encantadores
Naturaleza y pueblos de rusticidad exquisita simbolizan Pequenos Lençóis. La mejor manera de conocerlos es remontando el río Preguiças en voadeira, una colorida barca típica. La navegación permite detenerse en sitios repletos de magia como Mandacuru, Caburé y Atins, donde es factible alojarse. El paseo por el curso de agua permite apreciar un conjunto de ensueño que confirma que el Parque Nacional dos Lençóis, de la manera que se viva, siempre reconforta el espíritu de los visitantes.
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