Córdoba al natural rumbo al cerro Champaquí

Yacanto, San Javier y Villa Las Rosas son un paseo indispensable en ruta al punto más alto de los Comechingones.

San Javier. Con capilla, mercado de artesanos, callecitas y casonas. Desde la ruta 1, ticket gratis al ventanal de Traslasierra. Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]

Ficha

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Por Hernán Carbonel. Diario PERFIL

Ahí están el vado, el arroyo, su puente y su agua cristalina. Le siguen la loma y el oratorio, las acequias, los comercios regionales, las casas antiguas – paredes gruesas, techos altos-, los almacenes, bares y restaurantes. Así recibe Yacanto (no confundir con su homónimo de Calamuchita) a quienes avanzan por la ruta 1 de Traslasierra en dirección Merlo-Nono.

Este paraje cordobés, gracias a un antiguo molino harinero se convirtió en un destino de veraneo, con un hotel de más de 100 años de historia, referente obligado entre varios hoteles boutique. Pero no todo es lujo en Yacanto. Lo agreste también se impone: baste perderse entre caminos escondidos bajo las sombras reparadoras del follaje. Y pronto se llega a San Javier.

Pero Yacanto no termina donde comienza San Javier. Son como gemelos. Un pueblo pegado al otro. Y San Javier es sobre todo su plaza, la iglesia (que data de 1910), la permanente feria de artesanos, los bares y restaurantes para turistas y la infaltable cantina para parroquianos y lugareños.

¿Qué hacer sino pasear en burro o a caballo, recorrer las angostas callecitas, buscar casonas centenarias escondidas entre las arboledas, sentarse a beber y charlar y ver caer la tarde? Pero este pueblo pintoresco es también un disparador hacia la naturaleza: acceso al cerro Champaquí desde la Quebrada del Tigre, a arroyos con ollas y cascadas, al mirador del valle y sus atardeceres únicos, siempre por angostas sendas de ripio. Luego de una decena de kilómetros, la izquierda indica Villa Dolores.

Hacia la derecha, un camino de curvas y contracurvas en cuestas y pendientes lleva hasta Villa de las Rosas, donde primero que impacta es la abundancia, en veredas y plazas, de esas flores que dan nombre al pueblo. Y, sobre todo, la plaza, con su extraordinaria feria a la que concurren productores, artesanos y micro-emprendedores con instrumentos musicales, comidas típicas,  decoración, metales, maderas, cerámicas, arreglos florales, hilados.

Las Rosas ofrece, además, el acceso más corto al Champaquí, el cerro más alto de la cadena de los Comechingones. Y, camino al poblado Los Pozos, el punto de acceso al Dique La Viña, un lugar maravilloso para disfrutar de la naturaleza.

 

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