Paseo entre ángeles

Con sombreros de ala ancha, trompetas y arcabuces, los ángeles de la iglesia del pueblo sorprenden a los turistas.

Es de rigor tomarse una fotografía junto a la llave original de la iglesia para asegurarse el regreso a este pueblo sorprendente. Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]

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Por Eduardo Diana, Diario PERFIL

Entre cerros multicolores, arroyos y gigantescos cardones, el pueblito de Uquía –en plena Quebrada de Humahuaca, Jujuy– guarda en su iglesia un antiguo y valioso tesoro: los ángeles arcabuceros. Se trata de una magnífica serie de nueve pinturas realizadas en el siglo XVII por artistas indígenas de la Escuela Cusqueña. La colección tiene un gran valor artístico e histórico y es una de las pocas en el mundo que exhibe pinturas de ángeles con armas de fuego.

Uquía parece un lugar al margen del tiempo. A 3 mil metros sobre el nivel del mar, tiene algo más de 500 habitantes que viven en un  puñado de manzanas al pie de imponentes cerros rojos, azules y grises. Las calles  el pueblo son estrechas, bordeadas por casas bajas de barro y salpicadas de tanto en tanto por algunos árboles. En la plaza, los chicos de cachetes rojos juegan a hacer sonidos soplando a través de sus manos entrelazadas y los adultos pasean sus llamas y hacen trabajos de cestería y cerámica, que venden en la colorida feria de artesanías.

Frente a la plaza está la iglesia de San Francisco de Padua, construida a fines del siglo XVII y declarada Monumento Histórico Nacional en 1941. La fachada es sencilla y pintoresca. Tiene un paredón con un arco de entrada y la torre está separada del centro del templo. Sus paredes blancas de un metro de ancho son las originales. En su interior, deslumbran el altar mayor –tallado a mano en madera en el siglo XVIII– y el retablo, uno de los más antiguos de la región.

Sin embargo, lo que más atrae al visitante son los cuadros de esos singulares ángeles armados con arcabuces. Cuenta la historia que los conquistadores españoles les pidieron a los aborígenes que retrataran ángeles, y que ante el desconcierto de los artistas cusqueños les explicaron que los ángeles eran iguales a ellos, pero la única diferencia era que tenían alas. Los artistas cumplieron: retrataron ángeles vestidos a la usanza de los militares españoles del siglo XVII. Es decir, los  hicieron  con trajes bordados en oro, sombreros de ala ancha, banderas, trompetas, tambores y grandes arcabuces.

Es una de las dos colecciones de ángeles arcabuceros que hay en el país. En una iglesia de Casabindo hay otras ocho pinturas. Llegaron a Jujuy hace más de 300 años desde Cusco. Junto con otras series encontradas en Perú y Bolivia, estas pinturas son únicas en el mundo. En Uquía había 12 cuadros, pero a principios de los 90 fueron restaurados en Buenos Aires y tres de ellos no fueron devueltos. Además de la iglesia, vale la pena visitar la quebrada de las Señoritas, un imponente paisaje de extrañas formas geológicas de color rojo; Molla, un bosque de gigantes cardones y Peñas Blancas, donde hay ruinas y pircas prehispánicas. Antes de abandonar Uquía hay que cumplir con un ritual: fotografiarse con la llave original de la iglesia, de 400 gramos de plata peruana y más de tres siglos de antigüedad.

Coordenadas. Uquía está en la provincia de Jujuy. A 12 kilómetros de Humahuaca, 30 km de Tilcara y 115 km de San Salvador de Jujuy. La mejor ruta: A San Salvador de Jujuy, ida y vuelta, desde $ 2.675, con impuestos. Hospedaje: Un hotel boutique en Tilcara puede costar desde $ 840 la noche en base doble con desayuno. También hay hosterías que ofrecen cuartos en base doble desde $ 495 pesos, con desayuno. Souvenir: Imposible regresar de Jujuy sin un poncho de pelo de llama o tejidos de fibra de alpaca.

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