PROVINCIA DE CÓRDOBA

Río Ceballos, encantadora como siempre

La ciudad volvió a renacer luego de las inundaciones de febrero, y con ella el turismo, los deportes acuáticos y su espectacular paisaje de cascadas y arroyos serranos.

La ciudad cordobesa de Río Ceballos, principal centro turístico de las Sierras Chicas, atrapa al visitante desde el primer momento con sus cascadas, sus caminatas en los montes, sus arroyos transparentes, sus hoteles y restaurantes.

Enclavada en una zona de sierras de no más de 1.600 metros de altura sobre el nivel del mar, ofrece a la vista un espectacular paisaje que se mira desde los 600 metros en que se encuentra la ciudad, a la que se accede por la autovía Agustín Tosco (Ruta E-53), a 15 minutos del Aeropuerto Internacional Ingeniero Taravella.

Además se puede llegar por la nueva Ruta E-57, a través del famoso camino El Cuadrado, que en 30 minutos la une al Valle de Punilla entrando por la ciudad de La Falda, luego de ver desde la sierra lo que queda del mítico hotel El Edén.

En el trayecto donde se corría una famosa carrera de Turismo de Carretera, ahora totalmente asfaltado, el visitante puede ver cóndores, águilas, halcones y gavilanes que dominan la región con los jotes que tienen el mote de «condoritos», que aún siendo buitres tienen gran belleza y majestuosidad, además de su función ecológica.

La ciudad volvió a renacer luego de las inundaciones de febrero, y con ella el turismo, los deportes acuáticos y su espectacular paisaje de cascadas y arroyos serranos, tal como se destacara en los años 70 cuando era uno de los más importantes centros turísticos del país.

El dique La Quebrada cuenta con su propuesta acuática y la reserva hídrica natural que protege su entorno paisajístico; el imponente Cristo Redentor del cerro Ñu-Porá, es una cita obligada, junto a los saltos y cascadas de los alrededores; y las grutas religiosas ofrecen hermosas vistas de la ciudad, sobre todo en las noches.

Hoy, quien visite Río Ceballos encontrará todo tipo de actividades deportivas y recreativas, tales como cabalgatas, trekking y ciclismo por el corazón de las Sierras Chicas. También hay recorridos por ciertos atractivos turísticos que se hacen con visitas guiadas, a veces en bicicleta, a veces de caminata, subiendo montañas o entre caminitos angostos y lugares por donde se puede apreciar el paisaje maravilloso que ofrece la serranía.

El espejo de agua que ofrece el dique La Quebrada posibilita realizar deportes acuáticos en artefactos sin motor y también hay un tentador casino en cercanía de los balnearios. Rio Ceballos ofrece al visitante un sinnúmero de pueblos o pequeñas ciudades que la rodean como Agua de Oro, Salsipuedes, Villa Allende, La Calera, El Pueblito, hacia las que se organizan salidas de ida y vuelta dada la corta distancia que los separa.

En Salsipuedes se encuentra el convento de clausura donde vivió durante 50 años la célebre cantante de tango Ada Falcón, luego de separarse de su amante, Francisco Canaro. También se puede llegar desde Río Ceballos a Carlos Paz, vía ciudad de Córdoba, en unos 40 minutos, por el Camino del Cuadrado o el Camino de las 100 Curvas.

La excursión permitirá a los visitantes rodear el lago del Dique San Roque, que lo obligará a efectuar varias detenciones para sacar fotos o comer un inolvidable chivito a las brasas a precios accesibles. En la zona hay muchos testimonios del legado jesuita, además del que se puede visitar en el centro de la capital cordobesa y a los que se puede llegar en media hora en automóvil.

La ciudad cuenta en el centro con una oferta hotelera muy amplia como el Hotel Namuncurá, San Pedro, Howard Johnson & Casino Río Ceballos o Los Leones, además de cabañas y otros albergues. La gastronomía tiene una amplia oferta, que hasta incluye un criadero de truchas de la firma H.W. Hecveresna, ubicado dentro de la Reserva Natural La Quebrada, en Villa Colanchanga.

Ese complejo cuenta con un restaurante donde se puede disfrutar de exquisitos platos especiales, como trucha a la manteca negra o con hierbas, lomos de pacú salteados, ranas, mariscos, pastas caseras y hasta algo tan exótico como colitas de caimán fritas, previamente enharinadas, con ensalada verde.

 

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