CONSEJOS DE VIAJES
Cómo viajar a París con tus hijos y que el viaje sea un éxito
¿Una visita turística con niños a la capital del romanticismo? En esta nota, 7 consejos para visitar París con tus hijos sin problemas.
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¿Una visita turística con niños a París, la «Ciudad del Amor»? Puede ser estresante y además cara, pero no tiene que ser así necesariamente. Acá te dejamos siete recomendaciones para que todo salga bien:
¿Cuándo llegamos? Es recomendable viajar a París en avión o tren y reservar directamente un hotel. Mejor no viajar con las maletas y los niños en el metro.
¿Hay WiFi? Sí, incluso los hoteles de dos estrellas en París ofrecen este servicio gratis. Si en un hotel no hay WiFi gratis, es mejor ni siquiera reservar una habitación. Para la mayoría de los niños de seis años en adelante, el acceso a WiFi suele determinar el éxito o el fracaso de un viaje turístico.
¡Quiero ir al baño! Siempre es un problema cuando uno viaja con niños. ¿Se puede entrar en un café o restaurante para preguntar si el niño puede usar el aseo? En algunos países, en muchos cafés o restaurantes hay un aviso en la ventana que dice: «Uso del baño solo reservado a los clientes». En París, en cambio, no suele ser un problema. «La toilette? Ici! Go upstairs!».
¡Tengo hambre! De verdad, ir a comer a un restaurante en París no es barato. Sin embargo, la situación es muy diferente más allá del centro de la ciudad. Por tanto, merece la pena tomar el metro para ir a comer a un lugar que no sea céntrico. Muchas veces son especialmente económicos los almuerzos que se ofrecen al mediodía. Y también en los restaurantes los niños son bienvenidos.
¡Estoy cansado! Este es el clásico pretexto que los niños esgrimen para no caminar mucho. Ante esta situación, es recomendable tomar un autobús turístico y hacer varias paradas en el trayecto. Los viajes en este tipo de autobuses, que permiten al usuario bajar y subir cuantas veces quiera, se pueden reservar previamente en Internet. Cuando el autobús pasa cerca de una atracción turística, el turista baja y después toma el siguiente autobús para continuar el viaje. Las mejores plazas están arriba en la parte delantera.
¿Y si quieren «selfies»? Hoy, ya no es ningún problema lograr que la generación joven visite un museo como el Louvre. ¿Por qué? ¡Todos los chicos quieren hacerse un selfie con la Mona Lisa! ¡Qué así sea! Para los padres lo importante es que estén dentro, lo que les permite enseñarles también algunos otros momentos culminantes del arte occidental.
¡Me estoy aburriendo! Entonces, bajemos a las catacumbas parisinas. ¿Qué se ve allí? Pasillos de varios kilómetros de longitud con seis millones de muertos parisinos en las paredes, todos decentemente apilados: aquí las cabezas, ahí las clavículas o entre ellas un par de costillas. El ambiente de una película de horror es aún más fuerte por el número reducido de visitantes que puedan entrar al mismo tiempo en las catacumbas. La única desventaja es que hay que hacer cola durante varias horas ante las casetas.
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Cuándo viajar: Durante todo el año merece la pena hacer una visita a París. En invierno, las temperaturas pueden bajar mucho. En verano, cuando las temperaturas pueden llegar a 30 grados o más, un viaje por París puede resultar un poco agotador.
Gastos: El coste de una visita a París depende básicamente de los preparativos. Muchas actividades se pueden reservar previamente a precios más módicos en Internet. Eso sí: las entradas a atracciones como la Torre Eiffel se agotan rápidamente. www.rendezvousenfrance.com