La Rota Vicentina: caminar por senderos solitarios en Portugal

Es un paisaje de suaves colinas y acantilados escarpados en la costa atlántica. Los senderistas descubren en las provincias de Alentejo y Algarve la solitaria región suroccidental de Portugal. Lejos del turismo de masas.

En el sendero de los pescadores sopla el viento salado del Atlántico. [ Ver fotogalería ]

Ficha

Región:

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”Keep calm, que estamos no Alentejo”, reza de forma rotunda, con una mezcla de idiomas, el letrero en el bar de Azenha do Mar. El tiempo transcurre de forma diferente en el Alentejo, un tópico frecuentemente citado, pero no por ellos menos acertado, como pueden comprobar los senderistas que caminan por la Rota Vicentina, una red de caminos de en total unos 350 kilómetros.

El paisaje de colinas en el extremo suroeste de Portugal, detrás de la costa atlántica, es suave. Pastizales, campos de avena y praderas de flores chillones multicolores alternan con bosques llenos de alcornoques. El paisaje parece estar despoblado. Solo de vez en cuando aparece un pueblo, dominado por un vetusto molino de viento.

En la diminuta aldea de Vale das Éguas, los caminantes pueden toparse con Rudolfo Müller, un suizo de 55 años, hijo de campesinos, que en la década de los 80 aterrizó aquí, en este rincón del extremo suroeste de Europa. Junto con algunos portugueses que tenían las mismas inquietudes fue madurando a partir de 2008 la idea de crear una red de senderos en la región.

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Pero ¿se puede esperar que haya senderistas que vengan aquí, al parque natural Sudoeste Alentejano e Costa Vicentina, una región escasamente poblada, muy lejos de Lisboa o del barullo de los centros turísticos en la costa de Algarve? Sí. Müller y sus compañeros lograron convencer de su proyecto a los políticos locales, a los expertos en turismo y a los caciques de una región que abarca tres distritos, cinco comarcas y 15 municipios de las provincias de Alentejo y Algarve.

Y los senderistas llegaron y siguen llegando, desde Francia, Reino Unido, Alemania, Holanda e incluso desde Estados Unidos y Nueva Zelanda, para recorrer los 213 kilómetros del Caminho Histórico, que pasa por pueblos antiquísimos situados entre Santiago do Cacém, en el norte, y el faro de Cabo São Vicente, que dio el nombre a la red de senderos.

El Caminho Histórico está dividido en 12 etapas de un día, cada una de entre 12 y 25 kilómetros. Algunos senderistas cubren todo el trayecto con sus mochilas en la espalda. Otros aprovechan el transporte de equipaje que ofrecen los gestores de la ruta y actualmente también los touroperadores.

Algunos senderistas recorren la ruta a toda velocidad por lo que pierden la oportunidad de experimentar el lento transcurrir de la vida en el Alentejo, donde los hombres toman tranquilamente por la mañana el café en el bar, donde las mujeres en los blanquísimos pueblos platican paradas en la ventana abierta y donde las cigüeñas dan sus vueltas en el cielo azul oscuro. Y donde solo el ruido de un ciclomotor en la distancia rompe por algunos momentos el silencio que envuelve el paisaje campesino lleno de colinas.

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En el litoral hay cinco senderos cortos señalizados que forman parte de la red de caminos de la Rota Vicentina. Los senderos tienen una extensión de entre 3,5 y poco más de 14 kilómetros. Debido al reducido número de habitaciones, se recomienda reservar por adelantado un lugar en los pequeños alojamientos para dormir. Los más típicos son antiguas granjas convertidas en casas rurales.

Muy fácil lo tienen los senderistas entre Carrapateira y Vila do Bispo: la ruta pasa por el centro del pequeño pueblo de Pedralva, donde 24 casitas han sido habilitadas como pensiones. El pueblo es modélico para el tranquilo suroeste de la provincia de Algarve: no hay complejos hoteleros ni turismo de masas. La otra cara de Algarve.

 

DATOS ÚTILES

Destino: La Rota Vicentina es una red de caminos de 350 kilómetros de extensión en el suroeste de Portugal, en las provincias de Alentejo y Algarve. Los caminos fueron inaugurados en 2012. El Caminho Histórico, de 213 kilómetros, está dividido en 12 etapas de un día cada una. El Sendero de los Pescadores, de más de 100 kilómetros, discurre junto a la costa atlántica de Porto Covo hasta Cabo São Vicente. Los trayectos están conectados con otras cinco rutas de senderismo.

Cómo llegar: En avión a Lisboa y desde allí en coche de alquiler por las autovías de peaje A2 y A22 al suroeste de Portugal. El viaje dura unas tres horas. En tren conviene viajar desde Lisboa con dirección a Faro, Funcheira, Santa Clara-Sabóia o Lagos.

Recomendación: Para las caminatas de un día es necesario llevar zapatos de senderismo, protección contra el sol y la lluvia, un sombrero o gorro, comida en la mochila y agua (al menos dos litros).

Alojamiento: A lo largo de la ruta hay casas rurales confortables y pequeños hoteles, muchos de ellos con piscina. Se recomienda reservar las habitaciones por adelantado. A petición del turista, los dueños de los alojamientos organizan el traslado en minibús a las rutas de senderismo y también el transporte del equipaje al punto de destino de la caminata.

En la web: http://de.rotavicentina.com/

 

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