Placeres a bordo: Un crucero por las Bahamas rumbo a una isla exclusiva
Un crucero para nueve horas en una isla privada del mar Caribe; allí los grandes tienen su propia cabaña solitaria, y las familias, una playa para ellos solos.
(Foto: Diario PERFIL) [ Ver fotogalería ]
Por Nadia Galán (*)
Castaway. Así fue bautizada la isla de Disney. Está en las Bahamas, y se llega únicamente a través de los cruceros de la compañía. Allí convergen el encanto del mar turquesa, el descanso sobre la arena blanca y la magia que suma el encuentro con los personajes de la infancia, con Mickey Mouse como principal protagonista. Es una isla maravillosa, pero que sólo puede disfrutarse por algunas horas.
El cayo Castaway está ubicado al norte de Nassau (la capital de las Bahamas) y a unos 200 kilómetros de Miami. Disney tomó posesión de las más de 400 hectáreas de tierra en 1996, y dos años después ya había comprado parte de la flota de navíos con los que haría el recorrido hasta su paraíso tropical.
Hoy la compañía cuenta con cuatro cruceros que cubren las rutas a Bahamas, el Caribe, Alaska y Europa. En la actualidad, la compañía Disney Cruise Line ofrece el itinerario a Bahamas saliendo de su terminal exclusiva en Puerto Cañaveral, península de Florida, y haciendo parada en Nassau y Castaway.
El recorrido demora cinco días y cuatro noches con todo incluido (excepto bebidas alcohólicas o ciertas actividades específicas como el spa, masajes o peluquería arriba del barco). Encanto y exclusividad. Esas son las dos primeras sensaciones que se perciben cuando se desembarca del Disney Wonder, una de las embarcaciones que hacen puerto en Castaway.
Un sendero angosto conduce hasta la playa familiar y el encantamiento aumenta. La isla cuenta con dos zonas centrales: Castaway Family Beach, para todos los públicos, y Serenity Beach, exclusiva para adultos y ubicada en una zona más alejada. En la isla viven menos de cien personas y todos son empleados de la compañía. Los turistas no se pueden hospedar allí, y sólo se puede visitar desde las 8 hasta las 17 aproximadamente.
Por eso, cuando los 1.700 pasajeros que traslada el crucero llegan a tierra no se ve una playa saturada de gente. La exclusividad, la tranquilidad y el relax son los primeros atractivos. Del resto se encarga la naturaleza. Las reposeras, sombrillas y hamacas son de libre uso y se pueden contratar excursiones –sujetas a las condiciones climáticas–, que van desde alimentar a las mantarrayas y practicar snorkel hasta andar en banana boat, bicicleta de agua o kayak y realizar paseos en bote.
En Castaway Family Beach hay juegos de agua inmersos en un mar planchado con toboganes, sogas y colgantes. En tierra firme también hay actividades para chicos acordes a cada edad, además de canchas de básquet y vóley. El encuentro con los personajes de Disney es otro de los atractivos: Mickey, Donald, Goofy, Jack Sparrow o alguno de los otros personajes están ahí, esperándote para sacarse fotos.
Para almorzar hay paradores (de fast food y estilo buffet) con dispenser ilimitado de gaseosas, como es habitual en todo Estados Unidos. Desde luego, el regreso al barco no será posible sin que antes lo tienten con una feria de souvenirs de la compañía. Serenity Beach es una playa exclusiva para mayores de 18 años, y su plus es que permite ver peces de colores a simple vista desde la orilla. La playa invita a quedarse todo el día allí, entre las reposeras, sombrillas y hamacas. También se dictan clases de yoga y hay un parador para degustar tragos tradicionales (con costo adicional).
(*) Desde Bahamas para Diario PERFIL