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Hoteles, destinos y cruceros se suman a la realidad virtual

La planificación vacacional vive de la fantasía. Nos imaginamos, por ejemplo, un hotel de ensueño en una playa paradisiaca, pero el alojamiento real a menudo tiene poco que ver con nuestras ilusiones, lo que conduce a la decepción. ¿Cómo se puede arreglar esto?

Ficha

Nota publicada el 4 de enero de 2018

Internet ofrece sin duda buenas opciones para investigar gracias a los servicios de mapas y las plataformas de evaluación, aunque existen barreras. En el futuro los turistas podrán convencerse casi de manera natural de las instalaciones del lugar gracias a la realidad virtual (VR, por sus siglas en inglés) y a la realidad aumentada (AR). Estas tecnologías ofrecen, por ejemplo, visitas virtuales de las habitaciones de hotel, un paseo de 360 grados por Nueva York o circuitos en cruceros animados por ordenador.

«La realidad virtual permite realizar una inmersión completa en mundos ajenos«, dice Kristine Honig, asesora en una empresa especializada en el turismo del futuro. Para ello se necesitan unas gafas de realidad virtual, gracias a las cuales los usuarios se blindan del mundo real y reciben contenidos a través de la pantalla y los altavoces. El movimiento en el mundo digital y la interacción con el espacio se simulan de una manera casi real.

Entre tanto, muchas agencias de viaje utilizan la tecnología para atraer clientes. Thomas Cook, por ejemplo, dotó a 880 oficinas con gafas de realidad virtual. La vista de 360 grados permite hacerse una idea mucho más amplia de un destino de viaje que la que puede proporcionar un catálogo de fotos, ya que con las gafas el usuario puede mirar en todas las direcciones. «De esta manera, desde la agencia de viajes se puede caminar por un crucero, dar una vuelta en avión sobre una región o inspeccionar una habitación de hotel«, dice Honig. Esto es de gran ayuda a la hora de preparar un viaje o como inspiración.

«La tecnología permite explicar mejor el viaje«, dice Georg Welbers, responsable de marketing y ventas en Thomas Cook. Por ejemplo, se puede observar con lupa un hotel, desde la distribución de la habitación hasta las vistas desde el balcón. La realidad virtual no sólo funciona en la agencia de viajes, sino también en casa. Las gafas cuestan entre 25 y 1.000 euros (30 y 1.200 dólares), según el modelo y su calidad.

En agencias como Thomas Cook Signature los turistas pueden reservar su habitación deseada en muchos hoteles abonando un recargo. En este caso tiene sentido inspeccionar los cuartos a través de la realidad virtual antes de elegir uno. «De este modo el cliente puede ver, por ejemplo, que la habitación 321 tiene unas bonitas vistas sobre el mar, pero en la 322 la terraza es más grande», explica Welbers.

Según los expertos, las impresiones a través de la realidad virtual mitigan el escepticismo de los clientes y transmiten una buena sensación. Honig sospecha que con ello las agencias de viaje también venderán más fácilmente productos más caros. Por ejemplo: en un paseo virtual se experimenta realmente si el camarote en un crucero es más grande. Tres cuartos de los expertos creen que en el año 2025 será habitual hacerse una idea del destino vacacional usando la tecnología de realidad virtual, según una encuesta de Bitkom.

Hoy en día, ya existen casos en los que se utilizan aplicaciones de manera poco convencional. En Alemania, por ejemplo, los visitantes pueden ver la ciudad de Colonia tal y como era en los tiempos imperiales gracias a un tour de realidad virtual. En Legoland los visitantes podrán, a partir de la próxima temporada, hacer una carrera virtual contra figuras del universo Lego sobre una montaña rusa también gracias a unas gafas de realidad virtual. Y en los nuevos barcos de expedición de la empresa noruega Hurtigruten los pasajeros pueden seguir los drones subacuáticos con las gafas.

«Mientras que la realidad virtual transporta virtualmente al usuario a un lugar desconocido, la realidad aumentada proporciona información de contexto«, explica Dirk Schart de la compañía Reflekt, que desarrolla aplicaciones de realidad virtual y aumentada. «Muchas veces buscamos información. La realidad aumentada la lleva allí donde se necesita, directamente al entorno.» En este caso el usuario no está protegido del entorno por unas gafas. Más bien recibe informaciones adicionales en texto e imagen en su propio smartphone o tablet. Así el visitante no ve únicamente el monumento a través de la pantalla, sino también información sobre su historia, tamaño y época de construcción.

El videojuego de realidad aumentada «Pokémon Go», en el que los usuarios buscan y capturan pequeños montruos en el mundo real que sólo se ven en la pantalla del smartphone, suscitó un enorme interés por la realidad aumentada. En el sector turístico, uno de los ejemplos más conocidos es Wikitude, una app que muestra datos sobre atracciones turísticas. Google también ha desarrollado una herramienta. «Google Lens proporciona información en directo sobre lugares, tiendas o restaurantes en fotos tomadas con la cámara», explica Schart.

Y todavía hay más: si los usuarios se descargan los paquetes de idiomas de Google Translate, la app traduce con ayuda de la cámara incluso la carta de un restaurante o la descripción de una ruta. El viajero podrá ver la traducción en la pantalla. «Gracias a la realidad aumentada en el futuro podremos visualizar todo en cualquier momento y donde lo necesite«, dice Schart.

Las aplicaciones de realidad aumentada también ayudan en la planificación del viaje desde casa porque las informaciones digitales pueden completar los datos de los catálogos de viaje. Para ello se escanea con la app el correspondiente símbolo de realidad aumentada y a continuación se muestran imágenes y vídeos adicionales. «En un catálogo de viajes un hotel se presenta en media página, pero obviamente hay mucho más que contar», dice Welbers. De este modo los turistas reciben una impresión más amplia del establecimiento.

En el futuro la realidad aumentada ofrecerá posibilidades casi ilimitadas. Por ejemplo, mostrarle a un vegetariano únicamente restaurantes vegetarianos o informar a un amante de la cultura sobre los lugares de residencia de artistas. La experta en redes sociales Honig da por hecho que del uso de smartphones y gafas se pasará al control de voz, lo que simplificará aún más la búsqueda de información. ¿Sustituirán los viajes virtuales alguna vez las vacaciones reales? Los expertos no lo creen. «Las vacaciones son una experiencia interactiva entre personas. Y eso no se puede reemplazar«, dice Welbers.

 

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