En tranvía por Rabat

Une la capital marroquí con la ciudad de Salé y permite conocer varios rincones típicos.

Ficha

Región:


Ver mapa más grande

Como capital de Marruecos, Rabat concentra todo el cuidado y el mimo propios de una ciudad de tamaño medio (no alcanza el millón de habitantes) que acoge a la administración y la diplomacia internacional. Sin embargo, no son pocas las cosas interesantes que guarda esta ciudad, entre otras, una impresionante madraza (escuela coránica) de época meriní, del siglo XIV, y un moderno y confortable tranvía (http://www.tram-way.ma/fr/), que es el sistema de transporte favorito de habitantes y visitantes.

En funcionamiento desde el 2011, según El Viajeroel tranvía hoy está ampliamente probada su utilidad, en unas localidades en las que no abundan los transportes públicos y el caos vehicular no es escaso. El tranvía, a lo largo de sus 19 kilómetros de recorrido, dispone de dos líneas y está en espera de ampliación de sus ramales. La línea 1 parte desde la ciudad universitaria, cruza el elegante barrio del Agdal, y alcanza el populoso Hay Karima, en Salé.

En su recorrido de alrededor de una hora hace paradas en lugares de interés como el antiguo barrio de los ministerios, la Biblioteca Nacional -un agradable edificio contemporáneo que alberga exposiciones y numerosas actividades culturales-, y la Avenida de Mohammed V, en pleno centro de Rabat, bordeando la estación ferroviaria art déco, y la catedral modernista. Más adelante, el río es otra de las paradas obligadas para el turista o el paseante, con una colorida feria, y una bellísima vista sobre la kasbah de los Udaya, que desde un promontorio amurallado se enfrenta a la ría y al océano.

El tranvía une Rabat con Bulé, una ciudad que se encuentra en la otra orilla del río Bu Regreg, antigua morada de corsarios moriscos llegados de la Península Ibérica. Como cabía esperar, este modernos medio de transporte fue muy bien recibido por casi toda la población y hoy serpentea por ambas ciudades atestado de gente. Sus viajeros ofrecen un paisaje de lo más variado: desde estudiantes cargados de apuntes a mujeres tradicionales que miran ausentes por las ventanas y trabajadores de toda clase y condición.

 

Lea además

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

14 + 17 =