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El «tesoro escondido» del Adriático, amenazado por el turismo masivo
Todo el mundo está preocupado en la ciudad montenegrina de Kotor: en verano, esa ciudad de 22.600 habitantes, recibe hasta cuatro buques de crucero cada día y 10.000 turistas diarios en temporada alta.
El turismo es vital para la economía de Montenegro, de la que representa un cuarto del PIB. El país, que tiene poco más de 600.000 habitantes, recibe cada años dos millones de visitantes, sobre todo en sus costas. Fotos: Pixabay [ Ver fotogalería ]
La ciudad medieval de Kotor, en Montenegro, una perla del Adriático situada en el fondo de un golfo espectacular, sobrevivió durante siglos a los caprichos del tiempo y a las guerras, pero ahora está amenazada por el turismo masivo. Enormes cruceros llegan a su bahía para dejar a miles de turistas en la ciudad fortificada, considerada durante mucho tiempo como un «tesoro escondido», un lugar que el poeta inglés Lord Byron calificaba de «fusión perfecta entre el mar y la tierra«.
Con sus murallas, su puerto y sus edificios de piedra blanca rodeados de acantilados de caliza, Kotor era hasta hace poco una alternativa turística a la mítica ciudad croata de Dubrovnik, situada unos 70 km más al norte, cuando ésta última empezó a ser víctima de su éxito. Algunas guías turísticas desaconsejan ahora ir a Dubrovnik debido a la enorme afluencia de visitantes, atraídos por la serie «Game Of Thrones», cuyo rodaje se realiza en parte en la ciudad croata.
En Kotor, la gente teme vivir una situación parecida. En verano, esa ciudad de 22.600 habitantes, recibe hasta cuatro buques de crucero cada día y 10.000 turistas diarios en temporada alta. La localidad, inscrita en 1979 en el Patrimonio Mundial de la Unesco y considerada como «más auténtica» que Dubrovnik, se convierte en «una gran tienda de souvenirs«, lamenta Sandra Kapetanovic, miembro de Expedito, un grupo de arquitectos locales que defienden un desarrollo sostenible.
«Han matado a Venecia y Dubrovnik. Esperemos que no maten a Kotor», tuiteó hace poco un viajero de la guía Lonely Planet, publicación que en 2016 ubicó a Kotor como la mejor ciudad del mundo para visitar. Jasminka Grgurevic, experta en conservación de la arquitectura, lamentó las dificultades logísticas que implica la presencia de tantos turistas: «Cuando hay una multitud en la ciudad, se tarda media hora en hacer un corto trayecto de 500 metros o un kilómetro. Es un problema cuando hay que proporcionar una ayuda médica urgente, y sobre todo para los ancianos».
«La circulación, los aparcamientos, la electricidad… Semejante afluencia turística supone una enorme agresión contra las infraestructuras y agota la paciencia de la población local», dice Mustafa Canka, un periodista montenegrino especializado en el turismo, mientras observa la playa abarrotada de Ulcinj. Pero, como recuerda, «todos los que viven del turismo sólo esperan esos 45 días del año» en que los visitantes llenan el lugar.
D.S.