PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Uribelarrea, viejo pueblo del siglo XXI
Sesenta manzanas bastaron para convertir este caserío campestre en set de filmación y alternativa para un fin de semana. Fotos
COLOR LOCAL. Con calles de tierra, hay un restaurante que supo ser almacén de ramos generales. [ Ver fotogalería ]
Por Hernan Carbonel (*)
Miguel Nemesio de Uribelarrea fue presidente de la Municipalidad de Buenos Aires durante el gobierno de Sarmiento. Pero su legado a la historia argentina sería mayor cuando donara parte de sus tierras con el fin de instalar una colonia agrícola que luego allá por 1890, terminaría llamándose –de qué otra manera, si no– Uribelarrea.
Hoy, es un caserío que conserva los rasgos de aquellos finales del siglo XIX: la paz de la vida pueblerina, cierta fisonomía edilicia, los aires camperos. Sus sesenta manzanas y la ruta 205 a sólo cuatro kilómetros de asfalto han servido para que “Uribe” (su apócope cariñoso) haya surgido como una alternativa turística, gastronómica, de relax y contacto con la naturaleza y lo autóctono.
Eso se advierte al caminar por las callecitas de tierra, en el bullicioso sereno de las horas y en el saludo cordial de los vecinos, con la imagen de campo abierto siempre allá en el horizonte.
Las casonas centenarias se confunden con las casas de fin de semana hasta dar con la Plaza Centenario, original por su diseño octogonal, obra del ingeniero arquitecto Pedro Benoit (el mismo que ideó el trazado de la ciudad de La Plata).
Frente a ella, la iglesia de estilo neogótico, con la imagen de Nuestra Señora de Luján por fuera, y un predio donde se desarrollan actividades sociales, recreativas y fiestas populares.
En la otra esquina, una construcción de 1890: el almacén «El Palenque», que antiguamente funcionara como depósito para los saladeros de la zona, hoy devenido en un precioso bar y casa de comidas.
Con estas imágenes, no es llamativo que Uribelarrea haya sido escenario para la filmación de varias películas: el Juan Moreira de Leonardo Favio, Boda secreta, de Alejandro Agresti, y la Evita de Alan Parker, amén de escenas de novelas como Amor sagrado y Ricos y famosos.
Comer, beber, pasear
Lo telúrico vive en el antiguo galpón de la estación de ferrocarril, donde se instaló el museo agropecuario, y es el Centro Tradicionalista Gauchos quien suele organizar carreras de sortijas, asados multitudinarios, fiestas folklóricas y desfiles.
Pero “Uribe” es rica también en emprendimientos productivos que fueron surgiendo de la mano del turismo. Están «Marisa», la chacra donde se realiza la ceremonia del temazcal (baño de vapor de origen mexicano); el Valle de Goñi, predio de seis hectáreas dedicado a la cría de cabras, tambo y fábrica de dulce de leche caprino, con casa de té y tortas; la fábrica de chacinados «Pueblo Escondido», de fiambres italianos; los artículos regionales de La Pulpería; y la cervecería artesanal «La Uribeña».
Otrora almacén de ramos generales, «Macedonio» es un restaurante a la carta que conserva su mobiliario antiguo y viejos mostradores. Anexado a él aparece «Leonardo» (en honor al gran Da Vinci), con el cordero al horno de leña con papas al romero y las pastas caseras como especialidades. Para los gustosos del asado, completan la propuesta las parrillas «Wimpi», «El Argentino» y «La Escondida».
(*) Nota publicada en el Diario PERFIL el sábado 20 de octubre de 2012
hermozo lugar,hace ya muchos años mi padre vendio su fabrica de soda que teniamos en general belgrano y la llevamos a uribelarrea no recuerdo la persona que la compro pero siempre recuerdo a uribelarrea un saludo para ese hermoso lugar