El museo más desconocido de NY

Este gran desconocido para el público en general, es el único museo de Estados Unidos que fue creado por un artista en vida para exhibir su obra.

Vista del jardín de esculturas del Museo Noguchi en Nueva York, Estados Unidos. Foto: George Hirose / dpa [ Ver fotogalería ]

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Por Eva Font Mendiola (dpa)

Uno tiene que dejar Manhattan atrás, cruzar el East River y llegar a una zona más bien industrial del barrio neoyorquino de Astoria, en Queens, para descubrir, dentro de lo que aparenta ser la nave de una fábrica, el poco conocido museo Noguchi.

Este gran desconocido para el público en general, es el único museo de Estados Unidos que fue creado por un artista en vida para exhibir su obra.

Fue en 1985 cuando Isamu Noguchi (1904-1988), nacido en Los Ángeles hijo del poeta japonés Yonejiro Noguchi y de la escritora estadounidense Leonie Gilmour, inauguró este museo donde uno se ve envuelto por el ambiente relajado de un espacio sobrio, elegante y luminoso que reúne las esculturas abstractas de Noguchi, hechas de materiales como el basalto, el granito, el mármol o el metal.

Antes de ser museo, el espacio era una nave decadente de esta antigua zona industrial de Astoria, y que se hallaba al otro de la calle donde el artista tenía su estudio.

«Desde el estudio, Noguchi se fijó en el árbol (el único) que asomaba en esa nave y decidió crear allí el museo«, explica Chio, durante una visita guiada al museo que ahora celebra sus 25 años. «Noguchi vio en el árbol la belleza«.

Y es que los árboles y plantas son una parte importante del museo, donde aparecen de repente en algún rincón sin techo del edificio por donde se erigen, bien refrescan la mirada detrás de los ventanales alargados de las paredes o bien se hallan en una de las zonas más placenteras del local, el jardín.

Porque Noguchi no sólo destacó por su obra escultórica sino también por sus jardines. «En 1933 tuve una revelación al descubrir que en el exterior había una manera nueva de concebir la escultura«, dijo el propio Noguchi una vez.

Entre los jardines que diseñó, se encuentran el de la sede de la UNESCO en París, o el de la Chase Plaza de Nueva York, que se halla en el corazón de Wall Street y que da nombre a uno de los bancos más importantes del país.

La comunión entre las obras escultóricas con el espacio, jardines o museos es un rasgo característico de este artista quien, como dice Chio, hizo del museo «una escultura más».

El edificio, que conserva las paredes de cemento, y algunos techos originales de la antigua fábrica, comulgan con el material de las figuras de colores grisáceos o terrosos.

Noguchi era un artista que a través de su obra mostraba esa dualidad que le persiguió toda su vida, como persona fruto de dos continentes bien diferentes, América y Asia y ese afán por unir partes opuestas, y por harmonizar la naturaleza con el arte.

Chio muestra como ejemplo de la personalidad del artista una pieza rectilínea de acero que, en su parte alta, se inserta con una pieza curvilínea de granito. Para Chio, representa la situación de desamparo en la que vivía el propio artista, quien «ni en Japón -donde pasó su infancia- era considerado japonés ni en Estados Unidos era considerado estadounidense«. «Noguchi era un hombre sin hogar y creó en este museo el suyo«.

El «hogar» de Noguchi no recibe las masas que puedan tener, día sí día no, instituciones como el Metropolitan o MOMA. A fin de potenciarlo, los responsables del museo ofrerecen un servicio de transporte los domingos desde Manhattan para que sea más fácil acercarse a esta zona alejada del metro y fuera de la Gran Manzana.

Cerca del museo, también se puede visitar el parque Socrates Sculpture Park, que bordea el East River desde donde se avistan los rascacielos de la ciudad. Escenario del arte alternativo, en este pequeño parque se exhiben obras donde se llegó a anclar un barco en la hierba. Y junto a ellas se entremezclan los que se apuntan a tomar las clases gratuitas de yoga o tai chi que se dan en el parque, al más puro estilo neoyorquino.

Fotos

El artista Isamu Noguchi con «Tsuneko-san» a mediados de los años sesenta. Foto: Jun Miki / dpa

Fachada del Museo Noguchi en Nueva York. Foto: Elizabeth Felicella Nguchi Museum

 

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