CIUDAD DEL VATICANO
Los frescos de la Capilla Sixtina cumplen 500 años en peligro
Las autoridades estudian medidas drásticas para afrontar el deterioro de las obras, provocado por el turismo. Fotos
En muchos casos la Capilla es el único motivo de la visita de innumerables personas a Roma. La venta de los boletos para ver los museos es una gran fuente de ingresos para El Vaticano. Foto: EFE [ Ver fotogalería ]
Los famosos frescos de la Capilla Sixtina, una de las obras maestras de Miguel Ángel, cumplen esta semana 500 años, mientras los directivos de los Museos Vaticanos afrontan el desafío de protegerlos del calor corporal y el polvo provocado por sus miles de visitantes anuales.
La capilla fue construida en 1484 para el papa Sixto IV, a quien le debe el nombre, pero fue Julio II quien encargó a Miguel Ángel su decoración (1508-1512). El papa Julio II inauguró con una solemne misa los frescos en el día de las Vísperas de la Festividad de Todos los Santos, el 31 de octubre de 1512.
La relación entre Julio II y Miguel Ángel fue tormentosa; el gran maestro dudó antes de aceptar el encargo pues se consideraba escultor y no pintor, pero empezó a trabajar en 1508 con una obsesión apasionada, despreciando cualquier ayuda.
La capilla tiene 20 metros de altura, y Miguel Ángel trabajó sobre un andamio que colgaba en las alturas durante cuatro años, con un esfuerzo físico y artístico descomunal y en medio de grandes trifulcas con el papa Julio II que le conminaba a que acabara el trabajo. Los frescos representan nueve escenas del libro del Génesis como «Creación de la luz», el «Pecado Original» y el «Diluvio Universal».
A pesar de su descontento por ser un pintor empleado del Vaticano, Miguel Ángel regresó casi 20 años después, con 59 años, para realizar otra pintura en la Capilla Sixtina a petición de Clemente VII, quien le encargó el «Juicio Final» en la pared del altar y que terminó en 1541. El maestro pintó una masa de cuerpos retorciéndose en sus tumbas a la espera de la ira de Dios, un tema elegido como advertencia a los católicos para que se sometieran durante la Reforma que se extendía por Europa, aunque también es interpretado como fruto de la fe atormentada de Miguel Ángel.
Cada día más de 20.000 personas transitan por esa obra maestra, la «atracción fatal» de los Museos Vaticanos según la definió su director, Antonio Paolucci, al referirse a la incapacidad de los visitantes de admirar todas las otras piezas del complejo por centrarse demasiado en ella.
Siendo uno de los puntos más populares del Vaticano, y en coincidencia con este aniversario, es posible que la capilla sea cerrada al torrente de turistas que la visitan a diario y a cambio establecer un número determinado de personas para preservar el ingente patrimonio artístico que alberga, según informó Paolucci al diario italiano La Repubblica.
«Cinco millones de visitantes al año constituyen un arduo problema. La presión del polvo, con la humedad que los cuerpos traen consigo, con el anhídrido carbónico producido por la transpiración, genera incomodidad a los visitantes y, a largo plazo, posibles daños para las pinturas», dijo Paolucci en entrevista para L’Osservatore Romano. «Podríamos reducir el acceso, introducir el número cerrado. Lo haremos si la presión turística aumentase más allá de los límites de una razonable tolerancia y si no lográsemos combatir con una adecuada eficacia el problema», agregó.
«Si no se interviene de inmediato con la instalación de un nuevo sistema de climatización habrá que rebajar el número de visitas para no dañar el patrimonio», agregó. Paolucci señala como preocupantes elementos como el polvo, la presión antrópica, el anhídrido carbónico, cambios climáticos que constituyen elementos nocivos que cada visitante trae consigo y minan el microclima de la Capilla Sixtina. La solución, según dice, es la instalación de un sistema que quitará el las partículas de polvo, cambiará constantemente el aire y estabilizará la temperatura.
Paseo virtual en 3D por la Capilla Sixtina
Nada dura toda la Vida!!!!!!!!!