RAJASTÁN / INDIA
Un safari donde los maharajás cazaban tigres
Es un encuentro especial. Sin embargo, para poder ver un tigre en libertad en el Parque Nacional Ranthambore se necesita mucha paciencia y también un poco de suerte.
En el Parque Nacional Ranthambore viven actualmente poco más de 50 tigres de Bengala. Foto: dpa [ Ver fotogalería ]
Fuente: dpa
Es un encuentro especial. Sin embargo, para poder ver en la India un tigre en libertad, se necesita mucha paciencia y también un poco de suerte. Un encuentro con el rey de la selva no es tan fácil de organizar como un encuentro con leones en la sábana abierta, y tampoco es tan cómodo como en los lujosos albergues para un safari en África. La India es un país fascinante pero al mismo tiempo complicado. Por esta razón, también un safari para ver tigres en el conocido Parque Nacional Ranthambore es todavía una auténtica aventura.
La antigua reserva de caza de los maharajás es la más conocida entre las 53 reservas de tigres en el país. En este área de unos 400 kilómetos cuadrados en el este del estado de Rajasthan viven actualmente poco más de 50 tigres de Bengala. Protegidos por guardabosques ante los cazadores furtivos, estos felinos poco tímidos merodean ante los ojos y las cámaras de miles de turistas por un paisaje cinematográfico.
El escenario es idílico, pero participar en un safari de tigres es todo lo contrario. Tan solo el viaje es agotador. ¿Quién va a saber que se necesitan más de tres horas para recorrer por malos caminos los poco más de 150 kilómetros que separan el aeropuerto más cercano, Jaipur, del parque nacional? La India es un país lleno de contrastes. Los palacios y los hoteles de lujo construidos en los alrededores, algunos incluso instalados dentro de los castillos de los maharajás, son de los más fastuosos del mundo.
También alrededor del Parque Nacional Ranthambore hay hoteles de primera categoría diseminados como oasis paradisiacos en ciudades pobres. Sin embargo, a diferencia de África, esos refugios lujosos no ofrecen la posibilidad de hacer un safari individual con un biólogo propio en la reserva de tigres. Ante el tigre, todos son iguales en la India, tanto turistas mochileros como huéspedes de hoteles de cinco estrellas.
Por la mañana temprano, todos los participantes en el safari son recogidos de sus hoteles. La mayoría de ellos reserva un lugar en uno de los caminos en cuya superficie de carga están montados bancos para 20 pasajeros.
El polvo levantado arde en los ojos. El viaje de un hotel al otro hasta la entrada del parque nacional puede durar una hora. Cuando los jeeps y los camiones finalmente entran en la selva, la mayoría de los turistas ya están completamente helados a causa de las temperaturas sorpresivamente bajas. Sin embargo, lo peor de la tortura ya pasó. La belleza del paisaje bañado por la primera luz de la mañana es impresionante. En la entrada de la reserva se asigna a cada vehículo del safari un guardabosques, de forma aleatoria, al igual que la asignación de los sectores.
Con el guardabosques en el vehículo entramos por fin en el parque. Sin embargo, durante el viaje de unas tres horas no hay nada que ver, aparte de algunos venados y muchos pavos reales. A veces, el guardabosques señala a un venado llamándolo «tiger food» (alimento para tigres), pero el resto del tiempo queda callado. Una y otra vez se detiene el jeep. El guardabosques orienta el oído hacia el interior de la selva, pero no se oye el crujir de una rama, ningún grito de advertencia de monos y pájaros ni el ruido de pisadas de venados que están huyendo. Hoy, en el sector que nos asignaron no aparece ningún tigre. «No tiger», constata el guardabosques lacónicamente.
El hecho de que aún haya algunas docenas de tigres en el parque Rathambore se debe al gobierno indio, que ya en el año 1973 declaró el área reserva de tigres y puso coto en los años 90 a la caza furtiva. Los más de 50 tigres en el Parque Nacional Ranthambore están todos fotografiados y enumerados. A algunos incluso les han dado nombres.
La tigresa más famoso es Majali, nueve veces madre, modelo fotográfica y estrella de cine. La «Reina de Rathambore» se dio a conocer mundialmente por haber matado en las orillas de un lago a más de una docena de cocodrilos de hasta tres metros. Sin embargo, durante este safari matutino no se deja ver. Tampoco sus congéneres. El safari de la tarde tampoco da para las codiciadas imágenes fotográficas. Ni siquiera nos dan un poco más de información. El guardabosques que nos toca ahora no habla ni una palabra de ingles.
Sin embargo, al día siguiente los participantes en el safari tienen suerte: les asignan el guardabosques Mazhar Khan. El joven hombre sabe todo sobre los tigres y otros animales del parque nacional, desde leopardos hasta más de 260 especies de pájaros. Cada minuto del safari es ahora un placer y las cuatro horas pasan volando. Y entonces, por fin, se deja ver un tigre. Es el número T 24, que ha matado ya a tres personas. «Eran habitantes de los pueblos que entraron en el parque para recoger madera. No fue culpa del tigre», susurra Khan para tranquilizarnos. Mientras todos permanezcan sentados tranquilamente en el jeep abierto, no habrá peligro, asegura Khan. ¡Muy tranquilizante! Ni el guardabosques ni el conductor del jeep llevan un arma.
Con prudencia, Khan deja que el jeep se acerque a solo pocos metros del felino. Ustad, el tigre con el número 24, efectivamente está relajado. Obviamente, está acostumbrado a la gente en los jeeps. Sin embargo, cuando se acerca el cuarto vehículo del safari, gruñe, se levanta y se va, sereno, majestuoso y de forma tan impresionante que todo el esfuerzo ha sido olvidado.
Información básica
- En los alrededores de la reserva de tigres en el Parque Nacional Rathambore hay muchas agencias locales que ofrecen safaris para ver tigres. Sin embargo, la calidad de las ofertas es muy desigual, por lo que conviene reservar a través de un operador turístico especializado. Tales agencias ofrecen recorridos y viajes en tren, con el Royal Rajasthan on Wheels, por ejemplo, que incluyen safaris para ver tigres.
- Cómo llegar: Muchas compañías aéreas vuelan diariamente desde capitales europeas a Nueva Delhi. Los ciudadanos de la Unión Europea necesitan un visado que se tiene que solicitar antes del viaje en una embajada india y por el que se cobra una tarifa. Cuándo viajar: Las reservas de tigres están abiertas desde principios de octubre hasta finales de junio. La mejor época para viajar son los meses de noviembre a marzo, con temperaturas de entre 21 y 34 grados como promedio.
fuimos con mi novia a rathambore… una desilusión… no vimos ningún tigre. Traten de reunirse con gente en el hotel y otros que estén yendo así no los matan con el precio. En Rathambore hay un lugar que es de donde supuestamente salen todos los tours. es como un lugar oficial del parque. es un lugar bastante precario pero averiguen porque sino les puede costar el doble o más.