DESTINOS INCREÍBLES
Tres días en Malta, la fortaleza del Mediterráneo
A 95 km de sicilia, esta isla resume parte de la historia mundial. Cuna de la batalladora orden de Malta, la grandeza de sus ruinas no deja de sorprender. el turismo es su mayor ingreso. Y tiene mucho para ofrecer.
San Pablo la eligió para sus prédicas, Caravaggio para sus óleos y Napoleón, para tejer estrategias. Allí se come como en Italia, se maneja como en Inglaterra y se habla en dialecto árabe. Malta, una pequeña isla de alto vuelo. Fotos: The New York Times / Diario Perfil [ Ver fotogalería ]
Por Seth Sherwood / The New York Times (*)
A pesar de ser el miembro más pequeño de la Unión Europea, el archipiélago del Mediterráneo al sur de Sicilia lleva las huellas de numerosos pueblos y conquistadores: fenicios, cartagineses, romanos, bizantinos, árabes, españoles, franceses y, los más notables, los cruzados europeos conocidos como la Orden de Malta. Predicadores como san Pablo, pintores como Caravaggio y políticos como Napoléon se bañaron en sus costas rocosas, quemadas por el sol, y también dejaron su huella. El lenguaje maltés es pariente del árabe (aunque el inglés es el segundo idioma oficial del país). Y los residentes conducen por la izquierda, como los británicos, que gobernaron las islas buena parte de los siglos XIX y XX. La cocina está imbuida de sabores e ingredientes italianos –por no hablar del conejo, el platillo nacional– mientras la arquitectura va de los misteriosos templos antiguos a las magistrales catedrales de la era barroca y los experimentos en el posmodernismo. Más que tratar de encapsular a Malta, lo mejor es ir. Las ciudades amuralladas de La Valeta y Mdina son los puntos de entrada.
DÍA 1. LA VALETA, 450 AÑOS
Llena de palacios e iglesias, la capital de Malta ya celebró su 450 aniversario y en 2018 será la Capital Europea de la Cultura. Canalizando su grandiosidad en piedra, el arquitecto Renzo Piano diseñó dos estructuras que constituyen una espectacular introducción a La Valeta. Esta puerta de la ciudad es una enorme entrada de piedra asimétrica, que se abre hacia el nuevo Parlamento. Los edificios irregulares y monolíticos se levantan del suelo mediante esbeltos pilares. Rodee los edificios y ascienda por la escalera lateral para admirar sus formas cambiantes. Ante los jardines Upper Barrakka, un agradable espacio de palmeras, plantas y arcos de piedra que domina el puerto principal, se preguntará si no era ése el castillo de las películas Gladiador y Troya. Al otro lado hay fortalezas centenarias, como el fuerte St. Angelo y el Ricasoli –usados en muchas producciones de Hollywood– y el azul profundo del Mediterráneo.
DÍA 2. JUAN Y JERÓNIMO
Un hombre semidesnudo yace en el suelo, con sangre chorreándole de su cuello abierto, mientras un matón con un cuchillo se prepara para dar el golpe de gracia. Brutalmente realista, la Decapitación de San Juan Bautista (1698) de Caravaggio –la mayor pintura del maestro italiano y la única que firmó– y el cercano retrato de San Jerónimo fueron pintados durante la estancia del pintor en Malta, a principios del XVII. Son las atracciones principales de la concatedral de San Juan, una elevada construcción de bóvedas de cañón construida a partir de 1572. El cielo está pintado con escenas de la vida de San Juan.
San Pablo, que naufragó en malta hacia el año 60 d.C. en su camino a Roma, históricamente es el santo patrón de los escritores. En La Valeta, curiosamente también está imponiéndose como el santo patrón del estilo. Al menos, por las boutiques sobre la calle que lleva su nombre. Sicilia está a menos de 95 kilómetros de Malta y se siente aún más cerca en Scoglitti, gracias a su personal siciliano y a los postres rellenos de ricota. Almuerzo para dos personas, sin vino: 60 euros. Junto al restaurante tome un viaje de 10 minutos en el transbordador (1,5 euros) al malecón de Sliema. De ahí, embárquese en el crucero panorámico Harbour Cruise, de 90 minutos (salida a las 14.45, 16 euros). Por la rocosa costa de Malta, pasará por enormes ruinas y fortalezas centenarias, grutas y jardines, faros y torres de iglesia, enormes buques y la Black Pearl –goleta de tres mástiles que perteneció al actor Errol Flynn, actual restaurante–. Una placa da detalles y fechas.
DÍA 3. CIUDAD DE CUENTO
Los autobuses 51, 52, 53 o 54 (1,5 a 2 euros) afuera de la puerta de La Valeta, llevan a Mdina. Esta ciudad amurallada fue por siglos la capital de Malta antes de que se construyera La Valeta. Su nombre deriva de la palabra “ciudad” en árabe, y Mdina es una telaraña de veredas misteriosas que se bifurcan, rodeadas de altos muros, ventanas con rejas de hierro y puertas prohibidas de madera. Una de ellas lleva al Palazzo Falson, mansión construida básicamente durante la Edad Media y el Renacimiento, que ahora es museo de artes decorativas (admisión: 10 euros), que exhibe vajilla veneciana, armas antiguas y una biblioteca de 4.500 volúmenes. Consagrada en 1703, la catedral de San Pablo rinde homenaje al santo. Lo más notable en ella es la pintura del artista barroco Mattia Preti, que representa la conversión de san Pablo en su camino a Damasco y su naufragio en medio de una tormenta en Malta.}
(*) Publicado por Diario PERFIL