Naturaleza, pesca y deporte en Isla del Cerrito, la joya del Chaco argentino
Entre los ríos Paraná y Paraguay, la isla es ideal para unas vacaciones de aventura. Es por sí misma una reserva natural y uno de los principales destinos de pesca de la provincia del Chaco.
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La provincia del Chaco es una de las más jóvenes de la Argentina, al haberse conformado como tal hace unos 60 años. Pero sus raíces se extienden mucho más en el tiempo. Es aquí donde reside una de las mayores poblaciones aborígenes del país integrada por wichís, tobas y mocovíes; junto a numerosos descendientes de inmigrantes europeos. La provincia ofrece tímidamente uno de los mejores destinos para hacer camping, salidas de aventura y la práctica de deportes o actividades en plena naturaleza.
Se trata de Isla del Cerrito, en el extremo este de la provincia. La isla se distingue por la tranquilidad reinante y la abundante flora y fauna que conserva. Ubicada estratégicamente frente a la correntina Paso de la Patria, y a poco menos de una hora de viaje desde la ciudad Capital de Resistencia, la isla se constituye como uno de los mejores pesqueros del Litoral, en la confluencia de los ríos Paraná y Paraguay.
También conocida como «la Isla del Sol», el destino lleva la denominación de Cerrito por la pequeña elevación que ofrece el terreno, en cuya cumbre fue erigida una capilla rodeada por especies propias de la selva de ribera, entre palmeras pindó, guayabas y naranjos. La Capilla Virgen del Pilar, construida entre 1928 y 1939, lleva un estilo colonial y en la cúpula aún conserva pequeños azulejos en color blanco y morado. Lindero al templo religioso, existe también un mirador ideal para la observación de amaneceres y coloridas puestas de sol.
La Isla del Cerrito es una reserva natural que está rodeada por otras cuatro islas: La Guáscara, Carpinchito, Brasilera y Mvorebí. En el conjunto, se distingue por su perfil alto y rocoso. Un destino turístico ideal para el descanso y el relax, con una completa infraestructura de servicios al viajero con hosterías, campings, albergues, restaurantes y proveedurías. El paseo incluye aventuras en plena naturaleza como safaris fotográficos, caminatas a través de selvas en galerías, playas soleadas, el avistaje de numerosas especies de aves multicolores, cabalgatas, paseos en lancha y deportes náuticos.
La reserva natural de la Isla Cerrito se extiende en la zona más baja y está constituida por cañadas y esteros, con la presencia de grandes ejemplares de laurel, timbó, aliso, sauce, lapacho, ingá, ceibo, guayaibí, palo lanza y, sobre todo, palmeras. En cuanto a la fauna, destaca el mono carayá, también conocido como “aullador”, al que su suman otras especies menos amigables como las víboras constrictoras. También en los humedales, lagunas, bañados y camalotales, se avistan carpinchos, zorros aguará, yacarés, garzas y biguáes.
Ubicada en el departamento chaqueño del Bermejo, la isla fue en tiempos pasados cabecera de las autoridades del Territorio Nacional del Gran Chaco. Poblada por aborígenes, la historia local asevera que el primer hombre blanco en avistarla fue Sebastián Gaboto, quien desembarcó en ella en 1528. Elegida como uno de los escenarios más importantes que tuvo la Guerra de la Triple Alianza -que enfrentó a la Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay, entre 1865 y 1870- la isla fue ocupada por el Imperio del Brasil. Pocos años más tarde, la Argentina reclamó su soberanía y la logró a través de un tratado de límites.
En 1914, toda la isla fue convertida en Reserva Nacional y diez años más tarde el entonces presidente Marcelo Torcuato de Alvear dispuso la creación de una Colonia Regional de Leprosos, que atendió a más de 200 enfermos de las provincias de Formosa, Corrientes y Chaco. La Colonia Regional junto al Hospital de la isla fueron considerados el primer centro modelo en el país para el tratamiento del Mal de Hansen que duró hasta la década del ’60, cuando el destino chaqueño comenzó a posicionarse como uno de los centros turísticos provinciales más visitados.